miércoles, 26 de febrero de 2020

BFF

What does BFF mean?
BFF means Best Friends Forever  so a best friend is someone you love so much and you want to be with that person forever, is someone that is with you always, doesn't matter what happens and is someone that gives you confidence and trust in you and you trust is that person, is someone that helps you, and is someone that is always supporting you.

My BFF is Shannon she is 12 years old, she's in my class and we are always together, we know each other for 5 years, we are always with each other so we connect, we say things at same time, do movements at same time, or sometimes we think the same we say all this happens because we share the same neuron. We invent a language only we know, we are weird but I love her.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Ser o tener

César Ricardo Luque Santana



Hacer lo correcto o preferir la verdad a pesar de las consecuencias negativas que nos puedan acarrear, es una actitud de elemental congruencia para los espíritus elevados, tal como la practicó Sócrates en su época con los resultados ya conocidos. En este sentido, cuando uno prefiere hacer lo correcto o defender la verdad o lo que uno cree es verdadero con base en los hechos, en altos valores y a favor de los intereses de la comunidad, no debe esperar el reconocimiento o aceptación de los demás, sino más bien lo contrario, la desaprobación, la estigmatización y el abuso.

Sin embargo, esta actitud no debe confundirse con el principio cristiano de poner la otra mejilla, porque no se trata de incurrir en una actitud masoquista, de servidumbre o de fanatismo religioso, sino que se trata de una relación entre medios y fines donde se partiría de que no es el fin el que justifica los medios como procedería el pragmático, el cínico o el fundamentalista, sino que son los medios los que justifican los fines, pues de nada sirve tener fines nobles utilizando medios viles, como tampoco lo es pagar un mal con otro mal. En otras palabras, cuando se tienen fines nobles los medios deben ser moralmente adecuados.

La referida actitud cristiana implica sumisión a otro cuyo poder está sustentado en la fuerza y el abuso; en la resignación ante una situación adversa que atribuye a un designio divino o natural porque no entiende que la desigualdad y la injusticia es cultural o social, es decir, construido por los hombres mismos y por lo tanto susceptible de modificación. Este despiste los lleva a concebir la felicidad como vedada en la vida terrena y por tanto reservada a una “vida” celeste o de ultratumba, de ahí que el bien mismo no está en función de su valor intrínseco sino de una supuesta recompensa en el más allá, en la creencia de una “vida eterna” del alma, lo que explica la actitud de conformismo ante la pobreza y el sufrimiento, de desprecio al cuerpo visto con mero envase del alma y cosas por el estilo. Claro, no todos los creyentes asumen esta postura.

Desde luego, estamos ante una concepción religiosa de corte místico, empero, quienes predican la vida terrenal como un “valle de lágrimas” y postulan una “vida celestial eterna”, no suelen ser congruentes con ese precepto el cual es usado como un postulado ideológico de dominio y control. Al margen de esta hipocresía, el amor cristiano en el sentido del ágape agustiniano, es de sacrificio por un ideal trascendente o sobrenatural, de amor incondicional a Dios, diferente del eros socrático-platónico. El primero es un amor subordinado, una abstracción vacía; el segundo es el que plantea Platón en boca de Sócrates en El Banquete, es un deseo de conocer permanentemente a partir de reconocer una carencia o ignorancia concomitante a la condición humana. Uno se rige por la verdad revelada y apela al dogma; el otro, aunque bajo una perspectiva metafísica, aduce un esfuerzo racional por descubrir o develar la verdad que se supone preestablecida.

Es la verdad filosófica como aletheia, que significa develar o correr los velos que ocultan la verdadera realidad de algo, la cual no está en la superficie sino en la esencia de las cosas y que por ende sólo es accesible al pensamiento. Es el logos, la razón y la palabra, es decir, la argumentación racional o fundamentada y la interlocución que somete al escrutinio público la pretensión de verdad. Por eso el filósofo a diferencia del sabio de la concepción arcaica o prefilosófica, no es el que posee un saber fijo o acabado, sino el que busca la verdad y la buena vida mediante la indagación, el diálogo y una conducta ejemplar donde la realización del hombre no tienen nada que ver con el éxito material sino con un enaltecimiento de la condición humana, en los términos que como personas somos un puente tendido entre los animales y la divinidad (un modelo de perfección). Este es el sentido real del “yo sólo sé que no sé nada” socrático: evitar el dogmatismo en la peor acepción de la palabra y asumir la responsabilidad de pensar por cuenta propia para crecer como persona con base en un modelo a seguir.

La idea del bien asociado a la felicidad también cambia entre la concepción filosófica y la teológica. Para Platón, el mal es ausencia del bien, esto es, el mal es relativo, es privación del bien, mientras que éste es absoluto. No hay una dicotomía o un maniqueísmo del bien y el mal como dos polos que se repelen pero que propician un equilibrio como sostienen algunas metafísicas filosóficas y religiosas cargadas al misticismo.

La dialéctica del bien y el mal en las filosofías socrática, platónica e incluso aristotélica -con variantes respecto a este último- plantean el bien como modelo y como actitud a seguir que conduce a la felicidad, entendida esta en términos espirituales e intelectuales como un bienestar consigo mismo en la medida en que se cultiva la inteligencia, se actúa con prudencia en la consecución de una vida moralmente elevada. No tiene nada que ver con la espiritualidad religiosa que moldea su conducta con base en una recompensa a futuro, es decir, que no hace el bien sino sólo por salvar su alma. No se mueve por generosidad sino por egoísmo, no necesita cultivar su intelecto porque ello implica dudar, cuestionar, ejercer la crítica, debatir; sino que debe creer, tener fe, actuar irracionalmente. No en vano Tertuliano, uno de los próceres del cristianismo primitivo decía: “creo porque es absurdo”. También conlleva una actitud de mansedumbre que avala las injusticias.

En conclusión, aunque las fronteras de las espiritualidad laica y religiosa son confusas porque unos y otros parecen determinados a superar las pasiones, en los filósofos griegos antiguos se describe esta espiritualidad como la superación de la hybris (pasiones, impulsos, violencia) versus la sofrosine (prudencia), lo que significa optar por una vida intelectual y desapegada de lo material sin despreciarlo, mientras que la actitud religiosa extrema opta por el repudio del cuerpo y todo lo material. El modo de vida no está mediado por el uso de la razón sino por la fe; la diferencia entre un sujeto espiritual y uno codicioso son tajantes pues el primero prefiere el ser al tener y el segundo justamente lo contrario.

martes, 5 de febrero de 2013

UPIN, 25 años de lucha


César Ricardo Luque Santana



En la recién creada colonia Cuba (al noreste de la ciudad de Tepic), integrantes de la Unión Popular Independiente de Nayarit (UPIN) encabezados por Milan González y los hermanos Alfredo y Miguel Ángel Arce Montiel -fundadores de la misma en 1987- se llevó a cabo una importante reunión de esta organización que nació en torno a la lucha por la vivienda y los servicios públicos con base en el artículo 4º de la Constitución mexicana que establece el derecho de todos los mexicanos de tener vivienda digna y obliga al Estado a proporcionar los medios para ese propósito.

La reunión se centró en proponer y discutir un agenda programática para el plan de trabajo 2013, mismo que se articuló en tres ejes: primero, fortalecer internamente a la UPIN; segundo, extender su movimiento social; y tercero, pugnar por un buen gobierno.

En el primer eje se propuso que la UPIN siga siendo una organización funcional y dinámica conforme a los propósitos que fue creada, es decir, que siga respondiendo a las necesidades y demandas de la gente de bajos recursos económicos que carece de vivienda, organizándola para que a través de una lucha apegada al marco legal, pueda hacer valer sus derechos en este punto. La lucha sin embargo, va más allá de una reivindicación material legítima sino que busca generar también una consciencia social y fortalecer los lazos de unión solidaria del grupo para mejorar las condiciones de vida y las libertades democráticas de todos los mexicanos. En este sentido, algunos de los lineamientos más relevantes fueron:

- Reorganizar integralmente las estructuras de la organización.

- Ser consistentes y eficientes en las reuniones periódicas para intercambiar información y tomar decisiones.

- Otorgar a sus integrantes las capacitaciones necesarias mediante talleres.

- Mantener una convivencia armónica.

- Integrar a la organización técnicos, profesionistas e intelectuales.

- Difundir a la población las luchas y los logros de la UPIN.

- Mantener canales de comunicación entre ellos de manera eficiente y oportuna.

- Preparar los festejos de aniversario de las colonias Che Guevara (1 año), Justino Ávila Arce (10 años) y Plan de Ayala (25 años)

En el segundo eje, la propuesta de extender su movimiento social consiste en vincularse solidariamente con otras organizaciones y movimientos afines que padecen el abandono de las políticas sociales de los gobiernos neoliberales panistas y priistas, cuyas medidas lesivas a los intereses populares continúan profundizándose mediante privatizaciones de las empresas y riquezas de la nación y por la enorme corrupción que amenaza la viabilidad de las instituciones y por ende de la convivencia social. En este tenor, se acordó apoyar incondicionalmente las siguientes luchas:

- Defender la preservación de la Unidad Deportiva Puerta de La Laguna en Tepic y sus áreas verdes de la pretensión de despojo de 25 mil metros cuadrados.

- Apoyar activamente al Consejo Intercomunitario de Defensa del Rio San Pedro y contra la construcción de la presa Tres Cruces en Ruíz, Nayarit, la cual causaría un desastre ecológico de grandes dimensiones en las marismas nacionales poniendo en riesgo el hábitat de plantas y animales y provocaría la desaparición de pueblos enteros o afectaría su modo de vida ligado a dicho río y a sus riquezas naturales.

- Apoyar al pueblo de Bahía de Banderas en su lucha contra los abusos del actual presidente municipal.

- Apoyar a los ejidatarios de San Cayetano quienes exigen su indemnización por la expropiación de terrenos para la construcción del aeropuerto.

- Luchar contra el aumento de tarifas en el transporte urbano y contra el aumento desmedido de la tarifa del agua potable exigiendo al mismo tiempo su eficientización.

- Exigir a las autoridades municipales la dotación de obras y servicios públicos en colonias populares como Revolución, Cuba, Che Guevara, Plan de Ayala y otras, sin condicionamientos políticos facciosos.

- Oponerse a las pretensiones del alcalde de Tepic de cobrar por el alumbrado público y de privatizar los servicios de recolección de la basura y del agua potable.

En el tercer eje se acordó utilizar las estructuras de la organización para apoyar candidaturas y partidos afines a los intereses del movimiento urbano popular sin caer en prácticas corporativas ni clientelistas. Se trata de no estar a expensas de gobiernos que sirven a los intereses de las minorías sino de contribuir a un cambio a favor de los intereses populares. La política no se agota en lo electoral ni la organización social es ajena a estos procesos

La reunión duró más de 4 horas con una gran participación de los asistentes quienes se mostraron siempre entusiastas.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ricardo Luque - Repensar la Universidad más allá de las competencias


Repensar la Universidad más allá de las competencias

 César Ricardo Luque Santana

 

Opinar desde afuera sobre la Universidad Autónoma de Nayarit resulta difícil y aventurado cuando uno no está inmerso en su vida cotidiana, aunque ello no impide tener un conocimiento relativamente aceptable de la misma, pues  indirectamente se mantienen lazos que proporcionan información valiosa de ella:  a través de los hijos que estudian alguna carrera universitaria u otros familiares o conocidos que laboran en esta noble institución, de las pláticas de sobremesa entre amigos, y ocasionalmente, de los comentarios que se leen o escuchan en distintos medios, todo lo cual permite hacerse una idea general. Empero, quienes tenemos el privilegio de ser docentes universitarios, podemos tener un conocimiento más estrecho, vivencial, disponiendo de una diversidad de fuentes más especializadas y de una mejor interlocución, lo que nos permite en teoría tener una visión más sistemática y reflexiva del “modelo” universitario que se está implementando desde que comenzó la llamada Reforma Universitaria a inicios de la década pasada, siempre y cuando seamos lo suficientemente maduros y abiertos para juzgar integral e imparcialmente.

  En ambos casos es aconsejable procurarse mayores elementos de juicio para arribar a una valoración más justa, tratando de ver el fondo del asunto sin dejarse impresionar por los cambios que se observan a simple vista en la superficie. Esto significa que una vez que se conocen aspectos más concretos del proyecto y funcionamiento de la Universidad, se tiene una mejor idea de sus logros y de lo que se pretende construir. Sin embargo, es necesario ir más allá de la versión oficial contrastando sus posturas y justificaciones con otras experiencias y perspectivas de signo contrario, pues de esa manera se estará en mejores condiciones para hacer un análisis más reposado pasando por un tamiz crítico las diferentes tesis y antítesis para arribar a una síntesis o verdad.

  Lo primero que habría que decir es una obviedad: no podría verse la educación sin tomar en cuenta el contexto de globalización neoliberal que ha permeado todos los aspectos de la vida social y política bajo el dominio del factor económico, dominio avasallador que se resume en la frase “es la economía estúpido”, empleada por los políticos estadounidenses en la era de Clinton. Con este eslogan pretendían subrayar que para ellos todo se reduce al factor económico, al punto de que “todo lo sólido se desvanece en el aire” como dijera Marshall Berman siguiendo a Marx, a quien paradójicamente los neoliberales le dan la razón de la centralidad de la economía, cuando otros lo descalificaban por “economicista”, esto es, supuestamente por exagerar el papel de la economía en la configuración de la sociedad capitalista. En contrapartida a esta “exigencia” mercantilista de ceñirse a las necesidades económicas, la Universidad debería decir que su obligación primaria y fundamental es con la verdad y la razón.

  Así entonces, el interés estratégico que normalmente tiene el Estado en la educación no es la excepción ahora y menos cuando éste se encuentra secuestrado por los intereses del gran capital, el cual ha venido ha socavar y pervertir su función original de salvaguardar la viabilidad de la comunidad impidiendo mediante el derecho que los intereses de unos cuantos atenten contra ella. La “mano invisible” de Adam Smith no suponía dejar la sociedad al garete de los vaivenes del mercado en su faceta de capitalismo salvaje, pues él pensaba, al igual que otros liberales ilustrados de la modernidad, que la fórmula “menos Estado más Sociedad” consistía en que éste no ahogara los impulsos creativos de los individuos que permitían generar progreso, pero en modo alguno significaba permitir manga ancha para que la codicia de unos pocos deteriorara severamente el tejido social sustituyendo la tiranía del Estado por la tiranía del mercado.

  La educación ha corrido una suerte paralela al Estado cayendo víctima de los mismos chantajes, lo cual se muestra claramente al transformarla sin rubor de un derecho humano en una mercancía. Estos son los aspectos que habría que tomar en cuenta al pensar la Universidad y no abstractamente los indicadores que se usan para condicionar los apoyos públicos a los institutos de educación superior que deberían de gozar de la más amplia libertad sin mayores sujeciones que a sus propios parámetros académicos, pues esta obsesión fetichista por los indicadores está llevando a prácticas antiacadémicas deleznables de simulación de algunas instituciones que “preparan” o “entrenan” a sus estudiantes para pasar exámenes de las evaluaciones oficiales (como sucede abiertamente en escuelas de educación básica) y, satisfacer así dichos indicadores, en vez de proporcionarles aprendizajes significativos y duraderos. Asimismo, existen académicos que se limitan a hacer las actividades que les permiten acceder a los estímulos económicos incurriendo en conductas deshonestas o simuladoras  actuando como mercenarios, sin que sus logros personales se reflejen necesariamente en un mejor aprovechamiento de sus estudiantes o en beneficios significativos para la sociedad.

   Por eso creo que no hay que fiarse de las apariencias, pues si bien desde hace mucho tiempo nuestra Universidad goza de estabilidad política, donde los conflictos no alteran las actividades académicas, con docentes con mejores perfiles en términos de tener niveles de posgrado, más publicaciones, una vida académica más intensa y más dinámica, etc.; es necesario no dejarse llevar por las supuestas bondades que el nuevo “paradigma” de las competencias educativas ha traído, sino examinar detenidamente sus ventajas y desventajas, pues es sabido que este nuevo diseño no lo hicieron expertos educativos, ni los propios educadores, sino los oligopolios financieros. En este sentido, he visto  algunos profesores entusiasmados con este “modelo” sin preguntarse su origen y su finalidad, denostando acríticamente la llamada educación “tradicional” sin reparar en sus fortalezas, despachándola sin más como mera obsolescencia.

   Hoy por ejemplo, los mismos impulsores del “modelo por competencias”, o como le quieran llamar, reconocen que antes un egresado universitario tenía buenas expectativas de empleo, pero que hoy lo que priva es la incertidumbre; y sucede que se dice que “antes” no se vinculaba la educación a las “necesidades” sociales (o sea, del mercado), mientras que hoy que se forma o adiestra a los chicos para el mercado laboral, éste es incapaz de absorberlos; lo cual hace pensar que no era en sí el modelo educativo el que fallaba, sino que la sociedad actual, bajo la égida neoliberal, se ha vuelto socialmente más excluyente, con todo los males que ello representa. Lo peor es que se hace tanto énfasis en el aspecto técnico o instrumental de la formación profesional relegando o suprimiendo la formación humanística y ciudadana,  que este joven desempleado (que tal vez nunca tenga un trabajo remunerado estable que le dé certidumbre para realizar sus proyectos personales como tener una familia) está desarmado para ser un ciudadano crítico y participativo en su comunidad, a la vez que agraviado y resentido, lesionándose con ello la reserva moral que anida en la sociedad ante un mundo que se vuelve cada vez más egoísta y despiadado.

   De este modo, se exime a este sistema social propiciador de asimetrías e injusticias de su responsabilidad, trasladando ésta a las personas en cuanto individuos. Con ello le dicen a la gente que no es culpa del sistema el fracaso personal porque el éxito es responsabilidad de cada quien, cuando éste por definición está reservado a unos pocos y casi siempre se obtiene por medios no éticos. Los promotores a ultranza de este modelo que sirve deliberadamente y casi exclusivamente al mercado, esto es, a los intereses mezquinos de una minoría opulenta, hacen una lectura  naturalista de la sociedad, como si la inequidad, el abuso, el autoritarismo apenas disimulado, las injusticias, la pobreza galopante, etc., fueran algo dado, eterno, natural, mas no algo devenido históricamente como realmente ocurre, pretendiendo cancelar con esta visión (falsa y parcial), la posibilidad de un mundo alternativo deseable y posible.

   Hay que revisar críticamente cuánto hay de engaño e iniquidad en muchas de las supuestas “bondades” de este “modelo” que no sólo se limita a proporcionar mano de obra barata al mercado, sino que genera una ilusión de libertad y progreso casi inexistente para la mayoría de las personas facilitando su dominio mediante la enajenación. No es casual que ante tanta miseria e ignorancia, haya tanta avidez por la charlatanería de la literatura light de “superación personal”, conferencias motivacionales, cursos de “desarrollo humano” o “programación neurolingüística”, y desde luego, una emergencia preocupante de sectas irracionales de toda laya.

   Sé que mis comentarios e inquietudes pueden incomodar a algunos porque suenan como políticamente incorrectas, pero prefiero dar esa impresión que actuar hipócritamente dejándome llevar por la inercia o el oportunismo de abrazar modas académicas sin cuestionar su origen y sentido. Tal vez me digan que debo conocer más a fondo  la propuesta del nuevo paradigma educativo, pero yo digo que también hay que escuchar con la misma atención a las voces que lo critican.

   En lo personal, me parece que instituciones como la Universidad no deben estar condicionada por intereses extracadémicos, sino que debe gozar de la más amplia libertad de pensamiento de manera que sus beneficios se darían por añadidura, además de que se corre el riesgo de terminar uniformando a todas las carreras profesionales sin considerar sus diferencias sustantivas que las enriquecen, aplicando indiscriminadamente criterios que bien pueden tener sentido en unas ciencias pero no otras. Por ejemplo, hablan del cambio del paradigma de la enseñanza al aprendizaje convirtiendo al profesor en “facilitador”, cuando lo correcto es ver a ambos polos dialécticamente. En este tenor, subrayan la forma, los procedimientos, minimizando los contenidos, sin reparar que no todas las ciencias sufren cambios tan vertiginosos por igual. Decir que hay que “des-aprender” constantemente para volver “aprender”, tiene sentido en aquellas profesiones cuyos usos de las tecnologías son muy fuertes y sus contenidos efímeros, como en informática y otras disciplinas que dependen en buena medida de dichas tecnologías, pero no en las ciencias sociales y humanas cuyos conocimientos son más estables, profundos y duraderos,  lo cual no las hace mejor ni peor que otras ciencias, sino diferentes en virtud de su objeto. Entonces, ¿por qué pretender medir a todas las carreras con el mismo rasero?, ¿por qué condicionar las investigaciones con criterios de “rentabilidad” o provecho inmediatista castigando a ciencias básicas como la física teórica o la filosofía que tanto le han dado a la humanidad?

   Hay que repensar la Universidad despojándose de prejuicios y de actitudes cínicas como decir que “no hay de otra” porque si no se acatan las disposiciones y reglas impuestas por los empresarios y las autoridades educativas, no hay recursos económicos, aceptando con este tipo de “respuestas” que no se tiene la razón, sino que se asume una actitud convenenciera y por ende antiacadémica. Los universitarios son o deben ser la parte pensante y crítica de la sociedad, no meros autómatas u oportunistas que se dejan chantajear o enajenar por el canto de las sirenas. La verdadera “rendición de cuentas” de los universitarios no es someterse a las necesidades del mercado, sino al conocimiento en sí mismo, a la razón y la verdad, porque sólo ésta actitud es lo que nos hace dignos y la que contribuye significativamente con la sociedad.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Ricardo Luque - Aprueba el Congreso de Nayarit el artículo 24 en materia religiosa



Aprueba el Congreso de Nayarit el artículo 24 en materia religiosa


 César Ricardo Luque Santana
 

 Se aprobó la “reforma” al artículo 24 constitucional en la Cámara de Diputados durante su segunda sesión del día. Ante iracundos ciudadanos principalmente evangélicos que gritaron consignas e improperios a los diputados locales, e irónicamente, en la sala Benito Juárez y ante una imagen gigante del benemérito de las Américas, quien tuvo el valor en su época de enfrentar los intereses monopólicos de la Iglesia católica y lograr la separación entre Iglesia-Estado para modernizar el país sacudiéndose el lastre de la mojigatería mediante la implantación del Estado laico, los diputados del PRI y Nueva Alianza que votaron en contra, más los del PAN que se abstuvieron, obedeciendo todos ellos más a “las consignas que les dan sus jefes políticos que a las lecciones que nos brinda la historia”, como dijo contundentemente el diputado Miguel Ángel Arce Montiel, el único orador que se atrevió a subir a tribuna para fijar su postura personal y de la fracción del PRD, cuyo discurso comparto con ustedes omitiendo el primer párrafo de formalidades.

   Los votos en contra de la “reforma” fueron de Lolita Porras y el mencionado diputado Arce por el PRD, además de los diputados Gerardo Palomino Meraz (PAN) y J. Santos Rentería de la Cruz (independiente). Por cierto, al concluir la sesión, los asistentes no dejaron de gritar consignas contra los diputados, encarando uno de ellos a Águeda Galicia a quien le soltó a bocajarro algo así como: “te acaban de traicionar a tus correligionarios con la reforma laboral y lo vuelven hacer traicionando a la patria con la reforma al 24”. La diputada sólo atinó a agachar la cabeza.

   A continuación el discurso del diputado Arce:

«La eventual reforma al artículo 24 significaría una afrenta contra el Estado laico y la democracia, y es resultado de una presión de la jerarquía católica que actúa como poder fáctico. Tanto en el procedimiento que se ha seguido en los espacios legislativos como en otros propiciados por los legisladores o realizados de manera independiente, los argumentos de los opositores a dicho cambio no han podido ser refutados; decantándose por la imposición con base en el mayoriteo de las fuerzas hegemónicas en el Congreso de la Unión (PAN y PRI) donde la mayoría de los legisladores de estos grupos obedecen más a las consignas de sus jefes políticos que a las enseñanzas de la historia de México, donde la relación orgánica entre política y religión ha sido perniciosa, siendo un logro inconmensurable del gran Benito Juárez lograr la separación entre Iglesia y Estado,  quien a tono con las naciones más progresistas del momento, impulsaron la modernización de sus naciones defendiendo y fortaleciendo la vida política y el pensamiento laico.

 
   Laico no significa antirreligioso como han querido hacer ver algunos reaccionarios, sino que es una separación de la religión de los aspectos civiles del gobierno y una forma de salvaguardar el pluralismo religioso, evitando que haya una religión de Estado o una institución religiosa con privilegios excepcionales en detrimento de otras iglesias y grupos religiosos que con razón exigen un trato igualitario conforme el Estado de derecho. Por cierto, el referido trato privilegiado en los hechos ya existe contraviniendo los principios de equidad y las normas que nos rigen.

    Los argumentos de que los pro reformistas de que con mayor libertad religiosa hay más libertad para las convicciones éticas es absolutamente falsa porque en México no hay persecución religiosa ni tampoco han podido demostrar lo qué entienden por “conciencia” más allá de las ambigüedades, ni tampoco han logrado definir qué se debe entender por “convicciones éticas”, ni quién determina cuándo se dan éstas, deslizando además un peligroso elemento de censura para el pensamiento divergente. No hay en modo alguno una ampliación de las libertades de pensamiento como falsamente se ha propalado porque en México la Constitución ya garantiza dichas libertades.

    Lo que existe en el fondo es el interés atávico de grupos retardatarios por inmiscuirse en temas como la educación pública; claro, sólo desde la perspectiva de la religión dominante. Asimismo, se presta para que el mencionado poder fáctico intervenga autoritariamente en otros asuntos nodales como la cuestión de la interrupción del embarazo de donde tratan de imponer a los demás una visión particular de la cuestión; entre otros muchos efectos nocivos que para la vida democrática de la república pueden reintroducir los elementos religiosos en la vida política, donde no sólo la historia de México y de otras latitudes nos ponen en guardia, sino acontecimientos recientes como las atrocidades cometidas por fanáticos religiosos en Nueva Jerusalén, Michoacán, y en otros estados del Oriente que son abiertamente teocráticos, donde las violaciones a los derechos humanos  y el daño a la democracia está más que comprobado.

    Por lo anteriormente dicho, la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución  Democrática se opone tajantemente a reformar el artículo 24 de la Constitución de la República.

Es cuanto

Diputado Miguel Ángel Arce Montiel

Coordinador de la fracción parlamentaria del PRD

 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ricardo Luque - El Día Internacional de la Filosofía en Tepic


El Día Internacional de la Filosofía en la UAN

César Ricardo Luque Santana

 

Desde que se instituyó por la UNESCO el Día Internacional de la Filosofía (DIFIL) en el 2002 (http://www.olimon.org/difil2012/unesco-difil.pdf),  la comunidad de la todavía joven carrera de filosofía de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), ha celebrado desde le principio -o casi- este acontecimiento impulsando conferencias, mesas redondas, debates, talleres, presentaciones artísticas, entre otras actividades afines. Este festejo se realiza la tercer semana de noviembre de cada año tomando como referencia el nacimiento aproximado de Sócrates, un filósofo emblemático que nos enseñó que la filosofía no es sólo una determinada actividad intelectual, ni un modo peculiar de razonar, sino ante todo un modo de vida, y actualmente desde luego, una profesión.

  En esta ocasión se impulsaron 3 conferencias magistrales; 7 mesas de trabajo temáticas entre estudiantes donde la novedad fue la incorporación de estudiantes de filosofía de posgrado de la Universidad de Guadalajara (U de G) que presentaron ponencias junto con egresados y estudiantes avanzados de nuestra licenciatura en filosofía, lo cual dicho sea de paso, permitió darnos cuenta del buen nivel de nuestros estudiantes y egresados; un debate sobre el tema de la legalización de las drogas entre estudiantes del Área de Ciencias Sociales y Humanidades (ACSyH), 2 paneles de profesores (uno del sobre “La noción de paradigma y su impacto en las ciencias sociales” con profesores del Área y el otro con profesores del Programa Académico de Filosofía relatando sus experiencias de enseñanza en ámbitos distintos a la licenciatura en filosofía, particularmente en el bachillerato), 2 talleres abiertos al público en general (uno de “Piscopedagogía de la Filosofía” y otro de “Filosofía para Niños”), más un encuentro de egresados de la carrera de filosofía con empleadores. Todo esto durante 4 días intensos que coincidieron con la tercera edición de la feria del libro universitario “Gran Nayar” y otras actividades culturales y académicas desarrolladas en el ACSyH.

  Como en otras ocasiones que dado testimonio mediante relatos de estas jornadas, resulta imposible detallar cada actividad porque tendría que extenderme demasiado, por lo que me limitaré a trasmitirles algunas generalidades y me centraré más adelante en el segundo panel donde se abordó el tema de enseñar filosofía a los “no filósofos”. Me hubiera gustado sin embargo describir también el primer panel pero no pude verlo completo por atender otras tareas, y por lo tanto, carezco de la información necesaria para ello.

  Las actividades se iniciaron el miércoles 14 de noviembre por la tarde con las consabidas formalidades de toda inauguración donde asistieron las autoridades académicas universitarias así como profesores y estudiantes del Área. La temática giró en torno a los paradigmas en las ciencias sociales a partir del planteamiento que hizo el filósofo estadounidense Thomas Khun en su obra “La estructura de las revoluciones científicas”, misma que cumplió 50 años de haber salido a la luz. Para ello se dio una conferencia sobre esta obra como parte del inicio de actividades académicas.

  Cómo era de esperarse, se cuestionó la existencia de paradigmas en ciencias sociales retomando una añeja discusión sobre la cientificidad de éstas, pues la reflexión de Khun se dio en el ámbito de las ciencias naturales, particularmente en la física. En este punto, se presentó primero la mencionada conferencia donde se ofreció una descripción del contenido de la referida obra de Khun, se destacó su planteamiento de los paradigmas, se ahondó en su sentido original y posteriormente en el panel se polemizó su pertinencia en la ciencia política (Lic. Marco Alanez), la psicología (Mtro. William Puga) y las ciencias de la educación (Mtra. Karla Martínez), con la intervención de profesores de esas respectivas carreras del ACSyH. Luego de cada intervención se dio un debate entre dichos profesores donde también participó una representante de la licenciatura en filosofía (Dra. Yolanda Cadenas Gómez) y se culminó con la participación del público integrado por estudiantes y profesores de la mencionada Área. Luego, este mismo tópico se traslado a mesas específicas donde les estudiantes la abordaron en el ámbito de la filosofía principalmente. Esto se dio entre miércoles y jueves, mientras que el viernes por la mañana se tuvo una conferencia de filosofía del lenguaje con el maestro y estudiante de doctorado por la UNAM, Raúl Rodríguez Monsiváis (profesor-investigador de la U de G) con el tema: “Del yo metafísico al yo como signo”.

  Respecto al panel de enseñar filosofía a los “no filósofos” que se llevó a cabo el sábado 17 de noviembre por la mañana en el marco del encuentro de egresados de filosofía y empleadores, asistieron un grupo de docentes de los Centros de Bachillerato Tecnológicos Agropecuarios (CBTA) de diversos municipios de Nayarit, quienes desean recibir capacitación en las asignaturas filosóficas considerando que la mayoría de sus profesores que imparten asignaturas de filosofía, ética y lógica, tiene otros perfiles profesionales, de manera que quieren superar esas carencias para mejorar los perfiles de los profesores responsables de las mismas y evitar de ese modo que la pretensión de la reforma al bachillerato (la RIEMS) que intenta despojar a los estudiantes de estas disciplinas, tenga como pretexto justamente ese problema de los perfiles. El profesorado de la licenciatura en filosofía y en particular su coordinadora académica Cecilia Licea Ortega, externaron su apoyo irrestricto al mismo tiempo que la Coordinadora de Filosofía les agradeció que acudieran a su Universidad a buscar esos apoyos y que defendieran más allá de la cuestión de las plazas de algunos profesores, la pertinencia académica y social de mantener dichas asignaturas vigentes en su currículo.

  En cuanto al panel mencionado, la preocupación se centró en la problemática de la enseñanza de filosofía a estudiantes de bachillerato y de otras carreras universitarias que tienen un contacto ocasional con la filosofía, donde es habitual que muchos estudiantes tengan una actitud prejuiciada de rechazo a la misma, la cual suele ser “reforzada” por las carencias formativas de sus profesores. En este sentido, un grupo de compañeros profesores de la carrera de filosofía de la UAN  que en alguna etapa de su vida profesional han laborado en otros ámbitos escolares enseñando filosofía, compartieron sus experiencias tratando de sugerir por dónde se tendría que trabajar, qué actitudes podrían asumirse, qué estrategias convendrían, cómo superar la dificultad de los profesores en cuanto a sus limitaciones en contenidos o de tipo de didáctico, entre otras cuestiones.

  Primero intervino la joven profesora Alejandra Cruz quien sugirió partir de las propias vivencias de los jóvenes bachilleres, de evitar una enseñanza típica de la filosofía académica que se imparte a estudiantes de filosofía que en su mayoría tienen una predisposición favorable a la misma. Lo importante es poner el acento más en el enseñar a filosofar que en enseñar filosofía, como se hace en la estrategia de Filosofía para Niños (FpN) en la cual ella ha estado inmersa. También dijo que en su actividad docente con estudiantes universitarios del tronco básico (los de nuevo ingreso a las licenciaturas) donde se mezclan chicos que van a distintas carreras, trata de inculcarles el principio socrático de que una vida que no se examina a sí misma no vale la pena vivirla, con lo cual quiere que sus alumnos vean a la filosofía como un modo de vida ante todo, partiendo de que en cierto modo todos somos filósofos. Concluyó sugiriendo recurrir a la literatura y al cine como medios pertinentes para interesar a los jóvenes en el filosofar.

  Por su parte, Alejandra Arias, cuya formación es en la psicología y gran parte de su experiencia ha sido con niños en centros educativos, resaltó la importancia de recuperar la curiosidad innata de los niños para inducirlos a la filosofía, recordándonos que el asombro es el origen de ella como señalaron Platón y Aristóteles. Esta curiosidad se va perdiendo en el trayecto educativo porque predomina más la pedagogía de la respuesta que de la pregunta como dijera Paulo Freire y que los jóvenes tienen ahora muchos distractores mediáticos que han perjudicado el hábito de la lectura, punto en el que coincidió con Alejandra Cruz, concordando también con ella en que se debe utilizar los problemas prácticos de los jóvenes como disparadores de la reflexión filosófica en vez de meterlos de lleno en cuestiones teóricas muy academizadas.

   La maestra Tania Rodríguez dijo que la pregunta ¿para qué sirve la filosofía? es muy recurrente entre este tipo de estudiantes y suele hacerse como una forma de renegar de ella. Su opinión es que se tiene que convencer a los estudiantes que la filosofía no tiene la utilidad de las ciencias particulares porque ella misma no es una ciencia sino que genera un conocimiento que permite tener una visión más amplia y más crítica. Asimismo, comparte con las maestras que le antecedieron que la sabiduría filosófica permite desarrollar una vida más auténtica en las personas porque les induce a confiar en sus capacidades para pensar por sí mismos. Para ello, hay que tener la actitud de atreverse a pensar como sugería Kant, pero también a volverse lectores asiduos, esto es, leer intensamente y comprender lo que leen, complementando este hábito con el de la escritura. Dijo que un profesor no debe imponer su preferencia filosófica sino propiciar el pensamiento libre. Señaló que los intentos de la reforma educativa (RIEMS) de quitar la enseñanza filosófica es una verdadera tragedia más allá de los legítimos intereses gremiales porque se veda la oportunidad de los jóvenes de ampliar su horizonte aprendiendo a cuestionar su realidad social.
 
  Para el maestro Ángel González, es importante subrayar la formación del profesor que enseña filosofía en el bachillerato porque existe una tendencia impulsada por las competencias educativas a soslayar los contenidos por la forma. Dijo que el conocimiento adecuado de los contenidos filosóficos y la formación didáctica son complementarios pero que el primer requisito para ser docente de filosofía es manejar a buen nivel los contenidos sin desdeñar los aspectos pedagógicos, porque tomados unilateralmente, son perjudiciales al propósito de educar. Sin embargo, un profesor formado en la filosofía, aunque carezca de una formación pedagógica, sabe que debe adaptar sus conocimientos a las circunstancias en las que se desempeña.

  Finalizó la ronda el maestro Isaías Hernández quien entre otras cosas dijo que habría que relativizar o matizar el concepto de “no filósofos” porque de algún modo todos somos filósofos en la medida en que todos tenemos preguntas vitales. Desde luego que las respuestas varían en profundidad dependiendo de los conocimientos filosóficos que se tengan.

  Por último, hubo un intercambio interesante entre los profesores del mencionado bachillerato tecnológico que en general giraron en torno a solicitar apoyo profesional para mejorar el perfil de sus profesores en las asignaturas filosóficas, sellándose un compromiso institucional entre ellos y la licenciatura en filosofía de la UAN.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Pronunciamiento del diputado Miguel Ángel Arce recordando a don Tino Ávila en su onceavo aniversario luctuoso



Con la anuencia de la Mesa Directiva
Compañeras Diputadas
Compañeros Diputados

 
El 11 de noviembre del año en curso se cumplen once años del fallecimiento de Justino Ávila Arce, quien fuera Diputado de la XXV Legislatura del Honorable Congreso del Estado de Nayarit y Presidente de la Comisión de Vivienda y Desarrollo Urbano; así como Presidente Municipal de Tepic a partir de 1999, aunque lamentablemente gobernó únicamente por 2 años, ya que la muerte lo sorprendió a sus 63 años de edad en el 2001.

 Conocido afectuosamente como Don Tino, fue un exitoso microempresario que se distinguió por su humanismo y eficacia, desarrollando una intensa actividad
social a través de organizaciones vinculadas a su condición de empresario, participando posteriormente en  la vida política partidista a través del PRD, al cual se afilió en 1996, luego de haber sido candidato externo a diputado por el distrito I.

 Don Tino se distinguió en su desempeño como diputado y luego como alcalde como un hombre austero y responsable que tomaba en serio el mandato popular. No era alguien que aprovechaba un cargo público para hacer dinero o futurismo político utilizando indebidamente los recursos públicos. Evitó el culto a la personalidad porque creía que el dinero de la gente debía ser usado en necesidades sociales urgentes e importantes y que lo demás se daba por añadidura, que los ciudadanos reconocería el trabajo a partir de los resultados y no de la mercadotecnia política, y tuvo razón en ello, pues aunque su muerte le impidió -para pesar de la sociedad- que capitalizara políticamente lo que había sembrado, conquistó el afecto sincero del pueblo logrando lo que pocos políticos pueden aspirar.

 Como presidente municipal, obtuvo resultados positivos de su desempeño destacando la solución al problema del agua mediante la construcción de los acuaféricos norte y sur haciendo que el SIAPA fuera una instancia eficiente y con finanzas sanas, entre otros logros, como las diversas obras de infraestructura en el centro de la capital nayarita, así como en colonias populares y zonas rurales, mejorando sustancialmente los servicios municipales superando las deficiencias administrativas y financieras heredadas.  Políticamente, don Tino trabajó en condiciones de relativa adversidad, como el hecho de no contar con una mayoría en el cabildo, demostrando que cuando hay vocación democrática e institucionalidad no se necesita tener una mayoría de incondicionales para gobernar en forma democrática y eficiente, así como otra serie de conflictos provocados artificialmente por quienes se vieron afectados en sus intereses espurios, incurriendo sin rubor en calumnias y ofensas, así como la normal pugna con adversarios políticos cuyas demandas fueron atendidas mostrando buena voluntad y apego irrestricto a la legalidad, defendiendo firmemente la autonomía municipal de injerencias indebidas.

 Don Tino es considerado por propios y extraños como uno de los mejores presidentes municipales que ha tenido Tepic en los últimos tiempos, pues se distinguió como alcalde por ser un hombre de trabajo, serio y austero; procurando siempre un acercamiento directo con la gente, sin demagogia, atendiendo a todos los que le solicitaron audiencia mediante  el programa de “Miércoles ciudadano”, acompañado de sus principales funcionarios quienes atendían al público en general y no sólo a quienes eran representativos de alguna institución u organización. Los informes cuatrimestrales fueron otra forma de rendir cuentas a la sociedad en forma transparente, con datos duros y objetivos, exponiéndose a la crítica de los representantes ciudadanos integrados en los Comités de Acción Ciudadana y de ciudadanos por su cuenta que podían opinar y cuestionar con absoluta libertad las acciones de sus autoridades, evitando triunfalismos y efectos mediáticos a través del maquillaje de cifras, medias verdades o mera propaganda.

 En este tenor, las demandas de grupos e individuos fueron atendidas por don Tino con sensibilidad y responsabilidad, sin crearles falsas expectativas, con voluntad de ayudar y de cumplir con sus compromisos de campaña y con sus obligaciones legales sin más restricciones que las que la misma ley le señalaba y de acuerdo a las posibilidades financieras de la institución, que por cierto dejó con finanzas sanas, revirtiendo la tendencia histórica de incremento de deuda publica que gobiernos posteriores han exacerbado de manera exponencial, poniendo en riesgo la viabilidad de la institución.

 Don Tino tuvo un trato respetuoso pero exigente con sus colaboradores y de diálogo franco y sin cortapisas con los regidores, haciendo del Cabildo un verdadero gobierno colegiado. Con los funcionarios mantuvo estrecha comunicación, supo delegarles funciones, respetar sus atribuciones legales, exigirles eficacia y honradez. Nunca humilló ni en público ni en privado a un colaborador y jamás confundió la amistad con la complacencia; exigía resultados pero no trató a sus subalternos en forma despótica, sino con respeto y camaradería. Con los regidores se comportó del mismo modo, haciéndoles ver que eran corresponsales del gobierno, dialogando intensamente con los coordinadores de cada fracción partidista anteponiendo siempre los intereses de la sociedad, sin incurrir en turbiedades ni arreglos vergonzantes.

 En fin, la figura de don Tino se acrecienta con el tiempo porque ante el descrédito de la política y los políticos, del deterioro del tejido social, de la crisis de seguridad, de la carga de una enorme deuda económica que asfixia a los Ayuntamientos, entre otros males sociales, su conducta seria, austera, imparcial  y responsable como gobernante, nos hace desear personajes como él para que se involucren en la vida social en responsabilidades públicas. Ojalá que la memoria de don Tino sea preservada para que las nuevas generaciones de ciudadanos sepan que hay gente positivamente diferente. Desde luego, no se trata de apostarle a un sujeto providencial (capaz y decente) que venga a salvarnos o a resolvernos nuestros problemas, sino a que la sociedad deje de ser una mayoría silenciosa para volverse protagonista de su propio destino a través de su participación informada, consciente y decidida, para que de ese modo, los individuos como don Tino, no sean una excepción deseable sino la regla, porque una ciudadanía con esas características, no sólo podrá elegir  a los mejores hombres y mujeres como sus representantes, sino podrá hacer valer el principio de mandar obedeciendo de manera que los “mandatarios”,  o mejor dicho “mandatados”, sean auténticos servidores del pueblo.

 Entendía que el gobierno municipal debía ejercerse en forma horizontal no sólo por ser el ámbito de gobierno más cercano a los ciudadanos, sino porque el propio gobierno municipal es de naturaleza colegiada. Por ello, cuando había un asunto delicado, nos convocaba a los regidores de cada partido y a un grupo de funcionarios cercanos a él y nos decía: “tenemos un problema”. Es decir, sometía las cosas más importantes a la consideración del equipo gobernante para entre todos encontrar las soluciones más pertinentes.

 Doy testimonio de su desempeño público en los puntos mencionados porque tuve la fortuna de ser miembro del XXXV Ayuntamiento de Tepic como regidor  compartiendo con él la gestión de un buen gobierno; pero también tuve la oportunidad de conocer al ser humano noble y generoso, que muchas veces transitaba a pie las calles del centro de Tepic sin “guaruras”, deteniéndose a saludar y a platicar con todos los que lo abordaban, yendo a reuniones de trabajo en su vehículo sin más compañía que su chofer, sin escoltas, ordenando que las obras terminadas se pusieran de inmediato en funcionamiento sin esperar a realizar inauguraciones porque no le gustaba presumir lo que era su obligación. Don Tino el político era tan auténtico como don Tino el hombre: no tenía dobleces; era un hombre de una sola pieza.
  En este contexto y en la medida del deterioro de las finanzas públicas de los gobiernos se profundizan, al mismo tiempo que algunos gobernantes continúan derrochando los escasos recursos con gastos superfluos en vez de impulsar medidas de austeridad y correctivos que frenen ese deterioro, irritando a los ciudadanos y a los trabajadores porque son ellos quien padecen inmediata y directamente las carencias presupuestales, en salarios y prestaciones por un lado y en obras y servicios por el otro, los gobernantes como don Tino se añoran.

 Habrá desde luego quienes minimicen los problemas y soslayen las frivolidades y derroches de algunos gobernantes porque aparentemente las necesidades más apremiantes se van cumpliendo. Empero, la verdad es que los recursos se van obteniendo mediante prácticas privatizadoras y un endeudamiento progresivo que gradualmente van minando los recursos financieros de las instituciones, comprometiendo sus presupuestos a un futuro que ya nos alcanzó, con las graves consecuencias que estas deficiencias tienen para la gobernabilidad democrática y para el cumplimiento de las obligaciones fundamentales que el Estado debe desarrollar, cargándole a los ciudadanos en su calidad de contribuyentes mayores erogaciones de sus recursos personales, no obstante el constante deterioro de los ingresos económicos de las familias y de la capacidad adquisitiva del salario, el cual mantiene una desventaja constante en relación con los precios de las mercancías.

 En este sentido, la figura de gobernantes como don Tino Ávila Arce sobresale volviéndose un referente de un gobernante responsable, austero, ético y eficaz, quien orientó todos sus esfuerzos y capacidades a servir a la ciudad y al municipio de Tepic anteponiendo sus intereses personales y partidistas a los intereses de todos los ciudadanos, sobreponiéndose a todo tipo de presiones legítimas e ilegítimas, dándole cauce a las primeras mostrando siempre voluntad para resolver los problemas de la población y rechazando firmemente las segundas;  cuidando con celo los recursos del pueblo siempre precarios comparados con sus necesidades existentes siempre en aumento, por lo que resulta pertinente hacer un reconocimiento a su manera de gobernar que en cierto modo establece un paradigma que conjuga democracia y eficiencia en estos tiempos de crisis de las instituciones, no sólo de recursos, sino de legitimidad democrática, señales visibles del llamado Estado fallido.


Es Cuanto.