El
Día Internacional de la Filosofía en la UAN
César
Ricardo Luque Santana
Desde que se instituyó por la UNESCO el
Día Internacional de la Filosofía (DIFIL) en el 2002 (http://www.olimon.org/difil2012/unesco-difil.pdf), la comunidad de la todavía joven carrera de
filosofía de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), ha celebrado desde le
principio -o casi- este acontecimiento impulsando conferencias, mesas redondas,
debates, talleres, presentaciones artísticas, entre otras actividades afines.
Este festejo se realiza la tercer semana de noviembre de cada año tomando como
referencia el nacimiento aproximado de Sócrates, un filósofo emblemático que
nos enseñó que la filosofía no es sólo una determinada actividad intelectual, ni
un modo peculiar de razonar, sino ante todo un modo de vida, y actualmente desde
luego, una profesión.
En
esta ocasión se impulsaron 3 conferencias magistrales; 7 mesas de trabajo
temáticas entre estudiantes donde la novedad fue la incorporación de
estudiantes de filosofía de posgrado de la Universidad de Guadalajara (U de G)
que presentaron ponencias junto con egresados y estudiantes avanzados de
nuestra licenciatura en filosofía, lo cual dicho sea de paso, permitió darnos
cuenta del buen nivel de nuestros estudiantes y egresados; un debate sobre el
tema de la legalización de las drogas entre estudiantes del Área de Ciencias
Sociales y Humanidades (ACSyH), 2 paneles de profesores (uno del sobre “La
noción de paradigma y su impacto en las ciencias sociales” con profesores del
Área y el otro con profesores del Programa Académico de Filosofía relatando sus
experiencias de enseñanza en ámbitos distintos a la licenciatura en filosofía,
particularmente en el bachillerato), 2 talleres abiertos al público en general
(uno de “Piscopedagogía de la Filosofía” y otro de “Filosofía para Niños”), más
un encuentro de egresados de la carrera de filosofía con empleadores. Todo esto
durante 4 días intensos que coincidieron con la tercera edición de la feria del
libro universitario “Gran Nayar” y otras actividades culturales y académicas
desarrolladas en el ACSyH.
Como
en otras ocasiones que dado testimonio mediante relatos de estas jornadas,
resulta imposible detallar cada actividad porque tendría que extenderme
demasiado, por lo que me limitaré a trasmitirles algunas generalidades y me
centraré más adelante en el segundo panel donde se abordó el tema de enseñar
filosofía a los “no filósofos”. Me hubiera gustado sin embargo describir también
el primer panel pero no pude verlo completo por atender otras tareas, y por lo
tanto, carezco de la información necesaria para ello.
Las
actividades se iniciaron el miércoles 14 de noviembre por la tarde con las
consabidas formalidades de toda inauguración donde asistieron las autoridades
académicas universitarias así como profesores y estudiantes del Área. La
temática giró en torno a los paradigmas en las ciencias sociales a partir del
planteamiento que hizo el filósofo estadounidense Thomas Khun en su obra “La
estructura de las revoluciones científicas”, misma que cumplió 50 años de haber
salido a la luz. Para ello se dio una conferencia sobre esta obra como parte
del inicio de actividades académicas.
Cómo
era de esperarse, se cuestionó la existencia de paradigmas en ciencias sociales
retomando una añeja discusión sobre la cientificidad de éstas, pues la
reflexión de Khun se dio en el ámbito de las ciencias naturales, particularmente
en la física. En este punto, se presentó primero la mencionada conferencia donde
se ofreció una descripción del contenido de la referida obra de Khun, se
destacó su planteamiento de los paradigmas, se ahondó en su sentido original y posteriormente
en el panel se polemizó su pertinencia en la ciencia política (Lic. Marco
Alanez), la psicología (Mtro. William Puga) y las ciencias de la educación (Mtra.
Karla Martínez), con la intervención de profesores de esas respectivas carreras
del ACSyH. Luego de cada intervención se dio un debate entre dichos profesores
donde también participó una representante de la licenciatura en filosofía (Dra.
Yolanda Cadenas Gómez) y se culminó con la participación del público integrado
por estudiantes y profesores de la mencionada Área. Luego, este mismo tópico se
traslado a mesas específicas donde les estudiantes la abordaron en el ámbito de
la filosofía principalmente. Esto se dio entre miércoles y jueves, mientras que
el viernes por la mañana se tuvo una conferencia de filosofía del lenguaje con
el maestro y estudiante de doctorado por la UNAM, Raúl Rodríguez Monsiváis
(profesor-investigador de la U de G) con el tema: “Del yo metafísico al yo como
signo”.
Respecto
al panel de enseñar filosofía a los “no filósofos” que se llevó a cabo el
sábado 17 de noviembre por la mañana en el marco del encuentro de egresados de
filosofía y empleadores, asistieron un grupo de docentes de los Centros de
Bachillerato Tecnológicos Agropecuarios (CBTA) de diversos municipios de
Nayarit, quienes desean recibir capacitación en las asignaturas filosóficas
considerando que la mayoría de sus profesores que imparten asignaturas de
filosofía, ética y lógica, tiene otros perfiles profesionales, de manera que
quieren superar esas carencias para mejorar los perfiles de los profesores
responsables de las mismas y evitar de ese modo que la pretensión de la reforma
al bachillerato (la RIEMS) que intenta despojar a los estudiantes de estas
disciplinas, tenga como pretexto justamente ese problema de los perfiles. El
profesorado de la licenciatura en filosofía y en particular su coordinadora
académica Cecilia Licea Ortega, externaron su apoyo irrestricto al mismo tiempo
que la Coordinadora de Filosofía les agradeció que acudieran a su Universidad a
buscar esos apoyos y que defendieran más allá de la cuestión de las plazas de
algunos profesores, la pertinencia académica y social de mantener dichas
asignaturas vigentes en su currículo.
En
cuanto al panel mencionado, la preocupación se centró en la problemática de la
enseñanza de filosofía a estudiantes de bachillerato y de otras carreras universitarias
que tienen un contacto ocasional con la filosofía, donde es habitual que muchos
estudiantes tengan una actitud prejuiciada de rechazo a la misma, la cual suele
ser “reforzada” por las carencias formativas de sus profesores. En este
sentido, un grupo de compañeros profesores de la carrera de filosofía de la
UAN que en alguna etapa de su vida
profesional han laborado en otros ámbitos escolares enseñando filosofía,
compartieron sus experiencias tratando de sugerir por dónde se tendría que
trabajar, qué actitudes podrían asumirse, qué estrategias convendrían, cómo
superar la dificultad de los profesores en cuanto a sus limitaciones en
contenidos o de tipo de didáctico, entre otras cuestiones.
Primero
intervino la joven profesora Alejandra Cruz quien sugirió partir de las propias
vivencias de los jóvenes bachilleres, de evitar una enseñanza típica de la
filosofía académica que se imparte a estudiantes de filosofía que en su mayoría
tienen una predisposición favorable a la misma. Lo importante es poner el
acento más en el enseñar a filosofar que en enseñar filosofía, como se hace en
la estrategia de Filosofía para Niños (FpN) en la cual ella ha estado inmersa.
También dijo que en su actividad docente con estudiantes universitarios del
tronco básico (los de nuevo ingreso a las licenciaturas) donde se mezclan
chicos que van a distintas carreras, trata de inculcarles el principio socrático
de que una vida que no se examina a sí misma no vale la pena vivirla, con lo
cual quiere que sus alumnos vean a la filosofía como un modo de vida ante todo,
partiendo de que en cierto modo todos somos filósofos. Concluyó sugiriendo
recurrir a la literatura y al cine como medios pertinentes para interesar a los
jóvenes en el filosofar.
Por
su parte, Alejandra Arias, cuya formación es en la psicología y gran parte de su
experiencia ha sido con niños en centros educativos, resaltó la importancia de
recuperar la curiosidad innata de los niños para inducirlos a la filosofía, recordándonos
que el asombro es el origen de ella como señalaron Platón y Aristóteles. Esta
curiosidad se va perdiendo en el trayecto educativo porque predomina más la
pedagogía de la respuesta que de la pregunta como dijera Paulo Freire y que los
jóvenes tienen ahora muchos distractores mediáticos que han perjudicado el
hábito de la lectura, punto en el que coincidió con Alejandra Cruz, concordando
también con ella en que se debe utilizar los problemas prácticos de los jóvenes
como disparadores de la reflexión filosófica en vez de meterlos de lleno en
cuestiones teóricas muy academizadas.
La
maestra Tania Rodríguez dijo que la pregunta ¿para qué sirve la filosofía? es
muy recurrente entre este tipo de estudiantes y suele hacerse como una forma de
renegar de ella. Su opinión es que se tiene que convencer a los estudiantes que
la filosofía no tiene la utilidad de las ciencias particulares porque ella
misma no es una ciencia sino que genera un conocimiento que permite tener una
visión más amplia y más crítica. Asimismo, comparte con las maestras que le
antecedieron que la sabiduría filosófica permite desarrollar una vida más
auténtica en las personas porque les induce a confiar en sus capacidades para
pensar por sí mismos. Para ello, hay que tener la actitud de atreverse a pensar
como sugería Kant, pero también a volverse lectores asiduos, esto es, leer intensamente
y comprender lo que leen, complementando este hábito con el de la escritura.
Dijo que un profesor no debe imponer su preferencia filosófica sino propiciar
el pensamiento libre. Señaló que los intentos de la reforma educativa (RIEMS) de
quitar la enseñanza filosófica es una verdadera tragedia más allá de los
legítimos intereses gremiales porque se veda la oportunidad de los jóvenes de
ampliar su horizonte aprendiendo a cuestionar su realidad social.
Para
el maestro Ángel González, es importante subrayar la formación del profesor que
enseña filosofía en el bachillerato porque existe una tendencia impulsada por
las competencias educativas a soslayar los contenidos por la forma. Dijo que el
conocimiento adecuado de los contenidos filosóficos y la formación didáctica
son complementarios pero que el primer requisito para ser docente de filosofía
es manejar a buen nivel los contenidos sin desdeñar los aspectos pedagógicos,
porque tomados unilateralmente, son perjudiciales al propósito de educar. Sin
embargo, un profesor formado en la filosofía, aunque carezca de una formación
pedagógica, sabe que debe adaptar sus conocimientos a las circunstancias en las
que se desempeña.
Finalizó
la ronda el maestro Isaías Hernández quien entre otras cosas dijo que habría
que relativizar o matizar el concepto de “no filósofos” porque de algún modo
todos somos filósofos en la medida en que todos tenemos preguntas vitales.
Desde luego que las respuestas varían en profundidad dependiendo de los
conocimientos filosóficos que se tengan.
Por
último, hubo un intercambio interesante entre los profesores del mencionado
bachillerato tecnológico que en general giraron en torno a solicitar apoyo
profesional para mejorar el perfil de sus profesores en las asignaturas
filosóficas, sellándose un compromiso institucional entre ellos y la
licenciatura en filosofía de la UAN.
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