El
proyecto hidroeléctrico Las Cruces a discusión
César
Ricardo Luque Santana
El
día lunes 18 de junio en la localidad de Ruíz, Nayarit, justamente en el
edificio anexo a la presidencia municipal conocido como “Mesón de los Deportes”,
se llevó a cabo un interesante Foro de Consulta Ciudadana sobre el Proyecto
Hidroeléctrico Las Cruces, cuya convocatoria lanzada por la fracción
parlamentaria del PRD atrajo a unas 200 personas, entre funcionarios del
gobierno federal de la SEMARNAP, CONAGUA, CFE, diputados del Congreso local de
todos los partidos políticos como el panista Santos Rentería de la Cruz (del distrito
VI que abarca El Nayar y La Yesca), el priista Alejandro Tapia (diputado por el
distrito XVI de Rosamorada y Ruiz), la del verde ecologista Leonor Naya y desde
luego los propios legisladores del PRD Lolita Porras y Miguel Ángel Arce
Montiel. También fueron invitados los presidentes municipales de Rosamorada,
Ruíz, Tuxpan y Santiago, presentándose sólo el de este último municipio (Pavel
Jarero) quien además participó con una ponencia. Los demás alcaldes se
disculparon por no asistir aduciendo en algunos casos compromisos previamente
contraídos y en otros cancelaron de última hora su asistencia, enviando en
algunos casos una representación, como ocurrió con el anfitrión Librado Casas
donde la sindico municipal representó al edil. Asimismo, se dieron cita gente
de organizaciones ambientalistas, investigadores de la UAN y ciudadanos de
diversos puntos de la entidad, destacando la participación en el debate de los
miembros del Consejo Intercomunitario del Río San Pedro.
La
discusión comenzó alrededor de las 11 de la mañana y terminó 3 horas y media después,
luego de 27 ponencias en pro y en contra de la construcción de la presa Las
Cruces, predominando las voces en contra de la misma sobre aquellas que se declararon
a favor, mientras algunas otras manifestaron posturas intermedias señalando que
estaban meditando las ventajas y desventajas de un megaproyecto como el
mencionado para ponerlas luego en la balanza y tomar un decisión más informada.
Esto último fue el caso de un par de ciudadanos que evidentemente no están
todavía lo suficientemente empapados en el tema, si bien todos los ponentes admitieron
que no hay información completa y oportuna de parte de las instancias del
gobierno federal involucradas en este asunto, mismas que se limitaron a señalar
que el estudio de impacto ambiental, social y técnico está aún en proceso.
Resulta
desde luego imposible presentar en un espacio como este un resumen de cada
ponencia -algunas por cierto muy destacadas- pero en su lugar se hará una
descripción sumaria de las posturas en pugna y posteriormente en You Tube se subirán gradualmente de
manera completa las ponencias más significativas de unos y otros para que los
interesados en este debate tengan elementos de juicio para formarse su propia
opinión, asuman una postura determinada y actúen en consecuencia. La
información veraz y oportuna es sin duda una herramienta indispensable para
tomar partido en estos temas tan trascendentes, pero también lo son las valoraciones
preliminares y las proyecciones de escenarios con base científica y otros
criterios también válidos que nos permitan comprender y dimensionar las
consecuencias de un proyecto de este tipo, en el entendido de que es necesario
que toda la información técnica, científica, social, cultural y ambiental, fluya
de manera trasparente, en primer lugar, la proveniente de las instancias
implicadas en el proyecto de la presa, mismas que deberán ser contrastadas o
avaladas por instituciones de investigación independientes como las
universidades públicas mexicanas. Hay que insistir que la información requerida
no sólo es de orden técnico sino también social, cultural, económico, etc.
También cabe agregar que en las ponencias que cuestionaron la viabilidad del
proyecto hidroeléctrico, se planteó la posibilidad de encontrar alternativas de
desarrollo social y energético mostrando con ello que no hay una actitud per se de confrontación con las
autoridades e inversionistas privados, sino preocupaciones legítimas de los
alcances que este proyecto puede tener en cuanto al daño al ecosistema de la
región de la Cuenca del Río San Pedro y zonas aledañas que dependen de su cauce,
así como la problemática de orden cultural (por ejemplo a los lugares sagrados
de los pueblos originarios, en concreto los Coras) y los de tipo social como
los desplazamientos de población o de comunidades enteras, el posible impacto
económico negativo a los lugareños y el daño que se ocasionaría a las marismas
nacionales que se suponen están protegidas por decreto presidencial, el cual de
darse, impactaría más allá de lo meramente regional. En este sentido, la pura
factibilidad técnica no es suficiente sin su viabilidad económica, social,
cultural y ambiental, pues existe el riesgo -como resumió magistralmente el diputado
Miguel Ángel Arce Montiel- de que se obtengan “beneficios efímeros” a cambio de
“daños duraderos”.
En
las ponencias de los opositores al proyecto hidroeléctrico se esgrimieron
diversos argumentos enfatizando el factor medioambiental que según ellos
causaría un daño a todo un ecosistema con una flora y fauna única en algunos
casos y esencial para la vida de muchas especies endémicas y migratorias.
Preocupa sobremanera el eventual daño a las marismas nacionales de lo cual se
tiene como referencia grande extensiones de manglar muerto provocado por el
canal de Palmar de Cuautla donde el mar continúa ganando terreno ensalitrando las
aguas que deberían de mezclarse proporcionalmente con agua dulce, y de paso,
este exceso de salinización perjudica a las tierras de cultivo de manera severa
dando al traste con la agricultura, entre otros perjuicios debido a los cambios
drástico del pH o alcalinidad. A propósito de este aspecto relacionado con
producción, se tiene documentado los
daños que las presas suelen provocar a los cultivos río abajo porque al
embalsarse las aguas, se impiden el arrastre de sedimentos que nutren las
tierras de cultivo las cuales se ven privadas de esos nutrientes quedando
expuestas en algunos puntos a la salinización empobreciéndolas
irremediablemente. Está asimismo el problema de los desplazamientos de pobladores
y los diversos antecedentes negativos de las otras 3 presas del estado, a
saber, Aguamilpa, El Cajón y La Yesca, donde los lugareños de esos respectivos
lugares testimoniaron de que las promesas del gobierno nunca fueron cumplidas o
lo hicieron a medias, y donde además, estudios científicos longitudinales de
investigadores de la UAN, han demostrado que los daños ocasionados al medio
ambiente fueron muy severos e imposibles de resarcir. Están también las
preocupaciones de los pueblos originarios por la profanación de sus lugares sagrados
y porque como dijo un huichol de La Yesca, se sienten extranjeros en sus propio
territorio. Incluso hasta se cuestionó el nombre del Foro porque se dijo que no
conocían los estudios de impacto ambiental y de otros tipo de la CFE, sino que solo
se conocía la intención de hacer una cuarta presa y que en ese tenor, el Foro
debía ser en defensa del Río San Pedro, entre otras muchas denuncias y análisis
que como se mencionó oportunamente, resulta imposible resumir en un espacio como
este.
Del
otro lado de la moneda, hubo posturas como se dijo intermedias de algunos ciudadanos
de los municipios que probablemente ente serían afectados en caso de la
construcción de la presa Las Cruces, otras relativamente neutrales de las
instancias federales que hablan de que todo está en stand by, que se está en la etapa de los estudios, que hay voluntad
por escuchar todas las voces, de conciliar todos los intereses, de tomar en
cuenta todos los aspectos del proyecto de manera integral, etc. Hubo también
algunas posturas que se pronunciaron a rajatabla por la construcción del
proyecto hidroeléctrico Las Cruces, desdeñando los argumentos de los
opositores, insistiendo en los beneficios económicos a corto plazo, magnificando
la “derrama económica” como suelen decir, que según su perspectiva equivale a
una prosperidad para todos o la mayoría. La cuestión económica, idealizada, presentada
sin ponderaciones, se puso por encima de cualquier objeción ambiental,
cultural, etc., incluso en algunas intervenciones se esgrimieron argumentos
pedestres menospreciando las secuelas negativas que una obra de esa magnitud
pudiera acarrear. Creo que nada mejor que compartir en Internet los argumentos
de promotores y detractores para hacer una valoración personal, sin mediaciones
sesgadas de ninguna especie.
Finalmente,
lo importante en sí mismo fue la realización de ese encuentro plural, la oportunidad
de utilizar estos espacios de diálogo y debate para confrontar posturas, para valorar
argumentos, dejar claro de que ningún proyecto va sin tomarle parecer a todos
los directa e indirectamente afectados, pero sobre todo, poner de relieve que
no se trata solamente de que existan condiciones naturales, capacidad técnica
de ingeniería y un supuesto beneficio económico que está por demostrarse que
sea para todos y que además no resulte contraproducente por el daño que podría
ocasionar a uno de los ecosistemas más ricos del mundo. Hay que ver si el costo
ambiental cultural y social justifica un proyecto de esa envergadura, pues como
dijo lapidariamente un joven en su ponencia, al parecer “somos gigantes de la
tecnología, pero enanos en lo social”. Ojalá que este Foro sea el disparador
que desencadene otros foros y otros medios y mecanismo de información y
discusión, los cuales que en una
sociedad democrática son un requisito insoslayable.