Apología de la Filosofía por la UNESCO
César Ricardo Luque Santana
Recientemente el coordinador de la carrera de filosofía de la UAN Raúl Alamillo y un servidor, grabamos nuestro programa de radio “Filosofía para Todos” (próximo a transmitirse en Radio UAN), con el tema relativo a la postura o perspectiva de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -mejor conocida por sus siglas en inglés como UNESCO- en torno a la Filosofía, donde esta institución multinacional plasmó en un documento oficial, una defensa de la filosofía cuya importancia resulta muy relevante -particularmente para nosotros los mexicanos en estos momentos- en relación al desprecio que las autoridades educativas de la SEP han mostrado hacia la filosofía cuya enseñanza pretenden limitar o suprimir en el nivel medio superior.
El mencionado documento es un informe elaborado en el marco de su 171ª reunión para tratar el asunto de “una estrategia intersectorial sobre la filosofía”, el cual se llevó a cabo en París, y cuyos resultados fueron presentados el 28 de febrero de 2005, siendo signado por importantes filósofos y filósofas de diversos países que participaron en esa discusión.
El informe de la UNESCO sobre la Filosofía consta de 19 puntos, siendo los cinco primeros de alcance general donde se aduce a una especie de principios que demuestran grosso modo la importancia ineludible de la filosofía, esto es, por qué la filosofía es valiosa en sí misma. Posteriormente derivan una serie de objetivos y luego se plantean la estrategia a seguir determinando el qué y el cómo, es decir, se señala cómo operar el proyecto de apoyo a la filosofía basados en tres ejes fundamentales de los cuales se hablará más adelante.
Comenzando por los aspectos generales, el mencionado documento hace aseveraciones como las siguientes: punto uno, la filosofía es una “escuela de la libertad” porque elabora los instrumentos intelectuales para comprender conceptos fundamentales como la justicia, la libertad y otros, que son claves para desarrollar un diálogo fructífero, desarrolla asimismo la capacidad para pensar con profundidad y promueve valores universales; punto dos, la filosofía es calificada como una “escuela de la solidaridad humana” porque se basa en el diálogo para dirimir las diferencias procurando la comprensión mutua entre los interlocutores; razones suficientes ambas (punto tres), para mantener y ampliar su presencia donde ya existe o para instaurarla donde no existe; por lo que (punto cuatro): “La UNESCO interpreta la filosofía en un sentido lato como una forma de abordar los problemas universales de la vida y la existencia humanas y de inculcar a las personas una manera de pensar independiente”; por lo que concluye en el punto 5 manifestando que la UNESCO se propone: “fomentar el diálogo filosófico y el aprendizaje de las corrientes filosóficas.”
Con base en estos planteamientos generales, la UNESCO propone una serie de objetivos donde la filosofía es asumida como instrumento de diálogo capaz de generar, aclarar y fundamentar ideas y conceptos, por lo que es necesario apoyar su enseñanza académica en el bachillerato y la universidad fortaleciendo la docencia; promoviendo la investigación filosófica publicando sus resultados; y ejerciendo su divulgación o popularización mediante diversas actividades de difusión. Con base en este esquema, proponen tres ejes de acción relacionados precisamente con la docencia, la investigación y la popularización de la filosofía, señalando para cada caso las actividades a realizar para concretarlos. Es importante subrayar la función de la filosofía mencionada al principio de este párrafo que justifica la intención de implementar, conservar, ampliar y enriquecer la filosofía a través de los tres ejes mencionados, la cual apunta al fortalecimiento de la democracia, reconociendo con ello que la democracia y la filosofía son y han sido grandes aliados.
La UNESCO se propone apoyar con ello la investigación y el análisis filosóficos sobre problemas contemporáneos como los de educación, bioética, justicia, democracia, cultura, ciencia, etc., que propicien el diálogo intercultural, abonen a la paz social y al mutuo entendimiento. Se añade en este primer eje que: “ese diálogo, nutrido por los conceptos e ideas elaborados por los pensadores, debe también penetrar en el círculo de los encargados de elaborar las decisiones e inspirar al público en general para la acción…”; en el segundo eje sobre la docencia se señala que: “La enseñanza de la filosofía contribuye a la formación de ciudadanos libres. Alienta a forjarse una opinión propia, a confrontar todo tipo de argumentos, a respetar el punto de vista de los demás, y a someterse únicamente a la autoridad de la razón…” Por ello se acordó valorar la situación de la educación filosófica en el mundo para hacer recomendaciones para su mejoramiento integral; en el tercer eje sobre la divulgación, resaltan que ésta es importante porque contribuye mediante el ejercicio del pensamiento crítico y el diálogo respetuoso a la democratización y convivencia pacífica entre las personas de diversas culturas. En este apartado proponen que se realicen actividades distintas por medios diversos para popularizar la filosofía, entre ellos, conmemorar durante el mes de noviembre el “Día Internacional de la Filosofía”.
Coincidentemente, estos tres ejes equivalen a las tres funciones sustantivas de la universidad de docencia, investigación y difusión o extensión, las cuales en forma desigual pero simultánea viene cumpliendo el programa Académico de Filosofía.
Para la siguiente entrega, se retomará el análisis de la política educativa de la SEP en su intención de minimizar o desaparecer la enseñanza de la filosofía en el nivel medio superior, no obstante los lineamientos y recomendaciones de la UNESCO al respecto, lo que nos llevará a plantear la hipótesis de que esa actitud contra la filosofía responde a una perspectiva neoliberal fundamentalista y a un empecinamiento ideológico y económico de mercantilización de la educación.
Este blog pretende ser una comunidad de aprendizaje sobre tópicos filosóficos y políticos, abiertos a cualquier persona que se interese por participar en los temas que aquí se exponen mediante comentarios críticos anotados al final del artículo del momento o enviándolos por email. Asimismo, todos mis escritos pueden ser reproducidos libremente en otros medios impresos o digitales conservando mi autoría.
sábado, 24 de julio de 2010
domingo, 18 de julio de 2010
Ricardo Luque - Difusión y divulgación filosófica
Difusión y divulgación filosófica
César Ricardo Luque Santana
En mis dos anteriores colaboraciones he venido exponiendo la incipiente experiencia de la licenciatura de Filosofía de la Universidad Autónoma de Nayarit en la divulgación filosófica mediante Radio UAN, en las cuales he mencionado otras experiencias exitosas y he dado cuenta de que existe una tendencia mundial para acercar la filosofía a toda la gente, ya sea mediante la divulgación propiamente dicha a través de diversos medios de comunicación, o con la llamada “filosofía práctica” de la cual también he escrito en varias ocasiones. Todo ello se puede encontrar en este blog.
A continuación doy a conocer otro apartado del documento que elaboré para formalizar el proyecto de radio de “Filosofía para Todos”, tocando turno en esta ocasión a la “Justificación”, donde se explica que las actividades de difusión no sólo están contempladas dentro del marco de una de las tres funciones sustantivas de la Universidad, sino que la divulgación filosófica también forma parte de una eje estratégico recomendado por la UNESCO para la popularización de la filosofía.
«La difusión de la cultura -junto con la docencia e investigación- es una de las tres funciones sustantivas de la Universidad, mientras que la divulgación es una forma amena de compartir con los demás un conocimiento científico o filosófico producido por expertos, abordando una gran diversidad de temas y analizando problemas legados por la tradición o emanados de nuestro presente, procediendo de diversas maneras y por diversos medios, de ahí que sea conveniente esclarecer la diferencia y relación entre difundir y divulgar.
Aunque divulgar y difundir suelen usarse en forma indistinta, realmente son dos cosas diferentes. Divulgar es propagar un conocimiento o saber poniéndolo en cierto modo al alcance de todos. Esto último es particularmente importante porque implica hacer accesible a un público no especializado determinados conocimientos elaborados por especialistas. Es traducir para los demás un conocimiento científico o filosófico sin que ello signifique que los que aprenden de este modo sean o se conviertan por ello en científicos o filósofos. La divulgación científica de Stephen Hawking por ejemplo, donde explica temas complejos de astrofísica sin emplear fórmulas matemáticas, sin recurrir a un lenguaje excesivamente técnico ni a otros conocimientos teóricos que son indispensables para el científico; permite a los legos o profanos en la materia enterarse de los descubrimientos científicos, tener una idea general de las teorías científicas, darse cuenta de sus alcances, esto es, de cómo inciden en nuestras creencias y cómo trasforman el mundo en que vivimos, etc. El reto de esta forma de generar una cultura científica en la población, es que la divulgación no distorsione las teorías, que no sacrifique la verdad científica, que no abarate el conocimiento en aras de facilitar a la gente la comprensión de la ciencia o la filosofía, de manera que las concesiones al público tienen sus límites e implican para el divulgador poner en juego además de sus conocimientos profesionales, cualidades literarias y retóricas para hacer atractivo un conocimiento significativo. Difundir, por su parte, es también propagar pero en el sentido de llevar un mensaje (un conocimiento o saber o simple información) por distintos medios (impresos, electrónicos, virtuales o cara a cara) y en todas las direcciones posibles, En este sentido, la radio por ejemplo es un medio de difusión, pero la divulgación la hacen las personas enteradas o expertas de los asuntos a tratar, las cuales son capaces de comunicar determinados conocimientos a los demás tomando en cuenta que la mayoría no tiene una formación profesional en la materia, con la finalidad de proporcionarles una cultura al respecto. (No es verdad en este caso que el medio sea el mensaje, porque el medio es el instrumento o vehículo, mientras que el mensaje es el conocimiento en sí portado por sujetos preparados ex profeso)
En este sentido, la divulgación filosófica tiene esencialmente las mismas características, condiciones y finalidades que la divulgación científica. Incluso podemos afirmar que en los últimos años hemos atestiguado una profusión y variabilidad en la divulgación filosófica sin precedentes, utilizando todo tipo de medios al alcance: libros, conferencias, charlas, radio, televisión, Internet, entre otros. Esta tendencia se ha venido realizando con el fin de sacar a la filosofía de su enclaustramiento de los recintos universitarios donde sólo es accesible a unos cuantos para complementarla mediante la divulgación poniéndola al alcance de muchas personas.
Asimismo, más allá de complementar la filosofía académica o teórica con la filosofía práctica, existen otras situaciones que hacen necesaria la divulgación de la filosofía, como la globalización de corte neoliberal que trata de imponer un pensamiento único, la injusticia e inequidad prevaleciente y las distintas expresiones de miseria espiritual como la literatura de superación personal y el esoterismo, que salvo excepciones, son productos meramente comerciales orientados a un individualismo que propugnan el éxito material personal como si fuera una auténtica realización de la persons; que están plagados de imposturas morales, filosóficas y científica; que propalan elementos antirracionales que a su vez conducen a posturas anti-intelectuales cuyas consecuencias son nocivas para la persona que se atiene a ese tipo de productos, pero que también dañan a la sociedad porque la someten a creencias falsas y la distraen de lo realmente importante. La divulgación y difusión de la filosofía en cambio, permiten a la gente pensar por sí misma, no sólo en los grandes temas de la existencia humana que no pueden ser abordados por la ciencia pero que deben ser pensados racionalmente sin actitudes dogmáticas, sino también en los problemas del presente dentro de nuestro entorno social, ejerciendo la sana duda para aprender a cuestionar y a exigir (y dar) buenas razones, a darse cuenta que aquello que parece evidente y natural muchas veces no lo es, que la verdad nunca está a flor de tierra, en la superficie, sino oculta en ella, y que sólo el razonamiento o la reflexión nos puede permitir descubrirla.
La filosofía era originalmente Aletheia o verdad por descubrimiento, su propósito era y es, hacer patente lo que está latente. Descubrir es quitar los velos que ocultan algo, es desocultar, de manera que Aletheia es eso, desocultar, decir la verdad, desenmarañar las cosas, esclarecer y señalar. En este sentido Platón y Aristóteles decía que el origen del filosofar está en la admiración, la perplejidad, el desconcierto, el cual se da cuando percibimos que algo no encaja en un conjunto de cosas que nos son familiares, aunque aparentemente parezca correcto a los demás. Desde este punto de vista, nuestra sociedad tiene necesidad de ciudadanos que no se dejen manipular, que puedan decidir por sí mismos, que puedan desarrollar un pensamiento crítico. Sin embargo, no se trata de propiciar sólo una postura “logocéntrica”, de creer que sólo la razón cuenta o sólo ella puede dar cuenta de las cosas. La filosofía no se reduce a una capacidad de análisis lógico sino que también promueve valores universales e implica emociones, sentimientos, pasiones, etc., los cuales no tienen por qué estar peleados con la razón sino que ambos son complementarios. Se trata de desarrollar una perspectiva de la filosofía “logopática”, esto es, con pathos (pasiones), Logos y pathos son una unidad en la diversidad; el logos sin pathos es la razón apática, el conocimiento frío, sin vínculo con el mundo. (Cabrera, 2006) Es importante entender que pathos tiene varias significaciones siendo una de ellas ligada a la retórica donde se apela a los sentimientos para persuadir a un jurado, para incidir en su juicio(Aristóteles). No en vano le llaman también argumento patético (dramático). Pathos significa también pasión en un sentido no patológico, sino como un modo de ser peculiar, pues la filosofía no es sólo una profesión o una manera de razonar, sino una forma de vida.
A propósito del logos, Humberto González Galván (González Galván, 2006) alude a su doble acepción de razón y palabra, y menciona la relación de este logos con el radio que da lugar a una forma excepcional del habla humana, la cual llama -apoyándose en Gastón Bachelard- la “logosfera”, entendida ésta como “el espacio en el cual la palabra humana levanta su morada.” (González Galván, 2006;19).»
Hasta aquí termino la presentación de dos apartados del mencionado documento que como dije en su momento es para uso interno de mis colegas de la carrera de filosofía de la UAN, pero continuaré con el tema de la importancia de la divulgación filosófica a partir de la defensa de la filosofía que hizo la UNESCO mediante un informe (2005) acerca de la estrategia para la promoción de ésta, documento que comentamos en un programa de “Filosofía para Todos” en Radio UAN el profesor Raúl Alamillo y un servidor, el cual se transmitirá pronto en el 101.1 FM de Radio UAN en sus horarios habituales.
Referencias bibliográficas:
- Cabrera, Julio (2006). Cine: 100 años de filosofía. Una introducción a la filosofía a través del análisis de las películas. Barcelona: Gedisa
- González Galván, Humberto (2006). Radio y filosofía: tradición y juego de espejos. Conversaciones filosóficas: tragedia. La Paz: Universidad Autónoma de Baja California Sur.
César Ricardo Luque Santana
En mis dos anteriores colaboraciones he venido exponiendo la incipiente experiencia de la licenciatura de Filosofía de la Universidad Autónoma de Nayarit en la divulgación filosófica mediante Radio UAN, en las cuales he mencionado otras experiencias exitosas y he dado cuenta de que existe una tendencia mundial para acercar la filosofía a toda la gente, ya sea mediante la divulgación propiamente dicha a través de diversos medios de comunicación, o con la llamada “filosofía práctica” de la cual también he escrito en varias ocasiones. Todo ello se puede encontrar en este blog.
A continuación doy a conocer otro apartado del documento que elaboré para formalizar el proyecto de radio de “Filosofía para Todos”, tocando turno en esta ocasión a la “Justificación”, donde se explica que las actividades de difusión no sólo están contempladas dentro del marco de una de las tres funciones sustantivas de la Universidad, sino que la divulgación filosófica también forma parte de una eje estratégico recomendado por la UNESCO para la popularización de la filosofía.
«La difusión de la cultura -junto con la docencia e investigación- es una de las tres funciones sustantivas de la Universidad, mientras que la divulgación es una forma amena de compartir con los demás un conocimiento científico o filosófico producido por expertos, abordando una gran diversidad de temas y analizando problemas legados por la tradición o emanados de nuestro presente, procediendo de diversas maneras y por diversos medios, de ahí que sea conveniente esclarecer la diferencia y relación entre difundir y divulgar.
Aunque divulgar y difundir suelen usarse en forma indistinta, realmente son dos cosas diferentes. Divulgar es propagar un conocimiento o saber poniéndolo en cierto modo al alcance de todos. Esto último es particularmente importante porque implica hacer accesible a un público no especializado determinados conocimientos elaborados por especialistas. Es traducir para los demás un conocimiento científico o filosófico sin que ello signifique que los que aprenden de este modo sean o se conviertan por ello en científicos o filósofos. La divulgación científica de Stephen Hawking por ejemplo, donde explica temas complejos de astrofísica sin emplear fórmulas matemáticas, sin recurrir a un lenguaje excesivamente técnico ni a otros conocimientos teóricos que son indispensables para el científico; permite a los legos o profanos en la materia enterarse de los descubrimientos científicos, tener una idea general de las teorías científicas, darse cuenta de sus alcances, esto es, de cómo inciden en nuestras creencias y cómo trasforman el mundo en que vivimos, etc. El reto de esta forma de generar una cultura científica en la población, es que la divulgación no distorsione las teorías, que no sacrifique la verdad científica, que no abarate el conocimiento en aras de facilitar a la gente la comprensión de la ciencia o la filosofía, de manera que las concesiones al público tienen sus límites e implican para el divulgador poner en juego además de sus conocimientos profesionales, cualidades literarias y retóricas para hacer atractivo un conocimiento significativo. Difundir, por su parte, es también propagar pero en el sentido de llevar un mensaje (un conocimiento o saber o simple información) por distintos medios (impresos, electrónicos, virtuales o cara a cara) y en todas las direcciones posibles, En este sentido, la radio por ejemplo es un medio de difusión, pero la divulgación la hacen las personas enteradas o expertas de los asuntos a tratar, las cuales son capaces de comunicar determinados conocimientos a los demás tomando en cuenta que la mayoría no tiene una formación profesional en la materia, con la finalidad de proporcionarles una cultura al respecto. (No es verdad en este caso que el medio sea el mensaje, porque el medio es el instrumento o vehículo, mientras que el mensaje es el conocimiento en sí portado por sujetos preparados ex profeso)
En este sentido, la divulgación filosófica tiene esencialmente las mismas características, condiciones y finalidades que la divulgación científica. Incluso podemos afirmar que en los últimos años hemos atestiguado una profusión y variabilidad en la divulgación filosófica sin precedentes, utilizando todo tipo de medios al alcance: libros, conferencias, charlas, radio, televisión, Internet, entre otros. Esta tendencia se ha venido realizando con el fin de sacar a la filosofía de su enclaustramiento de los recintos universitarios donde sólo es accesible a unos cuantos para complementarla mediante la divulgación poniéndola al alcance de muchas personas.
Asimismo, más allá de complementar la filosofía académica o teórica con la filosofía práctica, existen otras situaciones que hacen necesaria la divulgación de la filosofía, como la globalización de corte neoliberal que trata de imponer un pensamiento único, la injusticia e inequidad prevaleciente y las distintas expresiones de miseria espiritual como la literatura de superación personal y el esoterismo, que salvo excepciones, son productos meramente comerciales orientados a un individualismo que propugnan el éxito material personal como si fuera una auténtica realización de la persons; que están plagados de imposturas morales, filosóficas y científica; que propalan elementos antirracionales que a su vez conducen a posturas anti-intelectuales cuyas consecuencias son nocivas para la persona que se atiene a ese tipo de productos, pero que también dañan a la sociedad porque la someten a creencias falsas y la distraen de lo realmente importante. La divulgación y difusión de la filosofía en cambio, permiten a la gente pensar por sí misma, no sólo en los grandes temas de la existencia humana que no pueden ser abordados por la ciencia pero que deben ser pensados racionalmente sin actitudes dogmáticas, sino también en los problemas del presente dentro de nuestro entorno social, ejerciendo la sana duda para aprender a cuestionar y a exigir (y dar) buenas razones, a darse cuenta que aquello que parece evidente y natural muchas veces no lo es, que la verdad nunca está a flor de tierra, en la superficie, sino oculta en ella, y que sólo el razonamiento o la reflexión nos puede permitir descubrirla.
La filosofía era originalmente Aletheia o verdad por descubrimiento, su propósito era y es, hacer patente lo que está latente. Descubrir es quitar los velos que ocultan algo, es desocultar, de manera que Aletheia es eso, desocultar, decir la verdad, desenmarañar las cosas, esclarecer y señalar. En este sentido Platón y Aristóteles decía que el origen del filosofar está en la admiración, la perplejidad, el desconcierto, el cual se da cuando percibimos que algo no encaja en un conjunto de cosas que nos son familiares, aunque aparentemente parezca correcto a los demás. Desde este punto de vista, nuestra sociedad tiene necesidad de ciudadanos que no se dejen manipular, que puedan decidir por sí mismos, que puedan desarrollar un pensamiento crítico. Sin embargo, no se trata de propiciar sólo una postura “logocéntrica”, de creer que sólo la razón cuenta o sólo ella puede dar cuenta de las cosas. La filosofía no se reduce a una capacidad de análisis lógico sino que también promueve valores universales e implica emociones, sentimientos, pasiones, etc., los cuales no tienen por qué estar peleados con la razón sino que ambos son complementarios. Se trata de desarrollar una perspectiva de la filosofía “logopática”, esto es, con pathos (pasiones), Logos y pathos son una unidad en la diversidad; el logos sin pathos es la razón apática, el conocimiento frío, sin vínculo con el mundo. (Cabrera, 2006) Es importante entender que pathos tiene varias significaciones siendo una de ellas ligada a la retórica donde se apela a los sentimientos para persuadir a un jurado, para incidir en su juicio(Aristóteles). No en vano le llaman también argumento patético (dramático). Pathos significa también pasión en un sentido no patológico, sino como un modo de ser peculiar, pues la filosofía no es sólo una profesión o una manera de razonar, sino una forma de vida.
A propósito del logos, Humberto González Galván (González Galván, 2006) alude a su doble acepción de razón y palabra, y menciona la relación de este logos con el radio que da lugar a una forma excepcional del habla humana, la cual llama -apoyándose en Gastón Bachelard- la “logosfera”, entendida ésta como “el espacio en el cual la palabra humana levanta su morada.” (González Galván, 2006;19).»
Hasta aquí termino la presentación de dos apartados del mencionado documento que como dije en su momento es para uso interno de mis colegas de la carrera de filosofía de la UAN, pero continuaré con el tema de la importancia de la divulgación filosófica a partir de la defensa de la filosofía que hizo la UNESCO mediante un informe (2005) acerca de la estrategia para la promoción de ésta, documento que comentamos en un programa de “Filosofía para Todos” en Radio UAN el profesor Raúl Alamillo y un servidor, el cual se transmitirá pronto en el 101.1 FM de Radio UAN en sus horarios habituales.
Referencias bibliográficas:
- Cabrera, Julio (2006). Cine: 100 años de filosofía. Una introducción a la filosofía a través del análisis de las películas. Barcelona: Gedisa
- González Galván, Humberto (2006). Radio y filosofía: tradición y juego de espejos. Conversaciones filosóficas: tragedia. La Paz: Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)