domingo, 25 de octubre de 2009

Indignación

Indignación

César Ricardo Luque Santana

A través de diversos medios de información locales y nacionales se dio cuenta de la vejación, tortura y humillación a que fueron sometidos cinco jóvenes que aparentemente entraron a robar a una casa habitación en alguna colonia de la ciudad de Tepic por parte de supuestos policías municipales que actuaron de manera ilegal o extrajudicialmente; o por parte de alguien más, tal vez ciudadanos, que igualmente tomaron la “justicia” por sus propias manos. En este último caso debería tratarse por lógica del dueño de esa vivienda que actuó en complicidad con otras personas.

Los perturbadores videos de ese atropello que aparecieron en Internet, representan una violación a la legalidad y un acto de brutalidad e incivilidad inaceptables, que afectan no sólo a sus víctimas directas, a saber, un grupo de adolescentes que al margen de haber cometido o intentando cometer un ilícito, no merecían el trato cruel al que fuero sometidos, sino que tenían derecho a un juicio legal como cualquier persona, sino a la sociedad misma que debe regirse por normas de convivencia civilizadas y al mismo Estado de Derecho que se vio vulnerado. Lo que podemos atestiguar en dichos videos significa sin duda un acto de barbarie mediante un juicio sumario y extrajudicial expresamente prohibido por la Constitución para nuestras autoridades judiciales y vedado asimismo para los particulares y que constituye además una flagrante violación a los derechos humanos. Estos sucesos en sí mismos debería horrorizarnos si es que nos queda algo de sensibilidad pues parece que como sociedad nos estamos acostumbrando a toda clase de estropicios y debería asimismo avergonzar a nuestras autoridades por su actitud parsimoniosa que invita a la sospechosa.

En dichos videos que aparecieron originalmente en el portal Nayarit en Línea del periodista Antonio Tello, se puede apreciar el terror que sienten las víctimas y la ignominia de sus victimarios. Se escuchan voces en off de estos últimos amedrentando a los jóvenes, de las cuales, una de ellas tiene acento sinaloense. En la versión que nos proporciona esta fuente se ofrece en la nota de este periodista una serie de datos importantes, por ejemplo, que los videos fueron subidos a You Tube originalmente por los propios victimarios y luego retirado por ellos mismos, pero que otra persona pudo bajarlos y luego difundirlos como denuncia de un abuso supuestamente de policías. Otra información adicional es la versión de que la casa donde ocurrieron estos lamentables hechos está ubicada en la colonia Lindavista y que incluso, luego de haberlos sometido a toda clase de vejaciones y tortura física y psicológica a esos muchachos, se les abandonó completamente desnudos en algún lugar del flamante boulevard Tepic-Xalisco para rematar así su humillación.

Resulta patético escuchar la liviandad de las autoridades policíacas del ayuntamiento de Tepic y del poder judicial del estado tratando de eximir a elementos de la policía de su posible participación en estos reprobables hechos, y limitarse sólo a ello aduciendo que no pueden actuar mientras no haya las denuncias de los afectados, olvidándose -por ignorancia o complicidad (pues si no protegen a policías entonces protegen a algún poderoso)- que hay una afrenta clara al Estado de Derecho pues es evidente que además de haber armas en ese suceso lo cual en sí mismo debería obligarlos a actuar para averiguar, pues si se trata de civiles como ellos presuponen, se podría colegir que dichos sujetos podrían formar parte de alguna organización criminal, hay también una usurpación de funciones al tomar la “justicia” en mano propia. Huelga decir que el entrecomillado a la palabra justicia se explica porque este hecho evidentemente no es un acto de justicia sino de venganza, lo cual añade otros delitos imputables a los victimarios como secuestro y tortura que deberían seguirse de oficio.

La actitud displicente de nuestras autoridades y su coartada de no investigar hasta que no haya demandas de las víctimas de esa brutal agresión, sólo indica la opacidad de la dizque procuración de justicia, al mismo tiempo que pone en entredicho la recurrente frase del ciudadano gobernador de que cada quién debe hacer lo que le corresponde. Sin duda todas las autoridades de alto nivel ya saben la identidad de los agresores y les debe quedar claro también las violaciones a las leyes que éstos cometieron, para actuar en consecuencia conforme a sus facultades legales, porque de otra manera están mandando un mensaje a los ciudadanos de solapamiento e impunidad al encubrir a alguien que seguramente o son elementos de las fuerzas públicas o se trata de algún personaje que goza de influencias. ¿A qué horas van a hacer las autoridades lo que le corresponde legal y moralmente?

Posdata: Este escrito fue realizado el sábado 24 de octubre y publicado al día siguiente en mi blog Hetairos mientras que el día domingo por la noche, el gobernador nayarita Ney González puso un ultimátum al Procurador de Justicia para que resolviera este caso sin chivos expiatorios. El lunes se presentó a un grupo de albañiles como los supuestos culpables quienes admitieron ante las cámaras de televisión su responsabilidad, pero es inevitable entrar en suspicacias porque parece haber una serie de inconsistencias, entre ellas, que respecto al sujeto de acento sinaloense nos dice ahora que es de Puerto Vallarta y la historia que éstos cuentan parece un tanto inverosímil, pero la verdad sólo podría saberse si los muchachos afectados se atreven a hablar y constatan lo que las autoridades han hecho público. Sin embargo, a reserva de que se aclaren las cosas, me parece loable la reacción de indignación del gobernador y de otros líderes sociales como el presidente de la FEUAN y muchos ciudadanos más que reprobaron sin titubeos esos lamentables hechos.

Nota: decidí volver a publicar esta nota porque encontré varios errores de sintaxis y puntuación y por lo que señalo en la posdata.