domingo, 14 de junio de 2009

Un singular encono electoral

Un singular encono electoral

César Ricardo Luque Santana

Contra lo que pudiera esperarse, el encono electoral no es entre partidos políticos, ni siquiera por la guerra sucia del fascistoide Germán Martínez, sino de los críticos de los partidarios del voto nulo, quienes meten a todos en el mismo saco refiriéndoles falta de argumentos y/o la sospecha de estar todos manipulados por las derechas del país, sin reparar que muchos de sus señalamientos carecen de fundamento y son absurdos. Hay que ver con atención algunos de los más frecuentes y examinar su grado de validez, mostrando los contraejemplos conducentes que los refuten.

Lo primero que salta a la vista es la aceptación de los detractores del voto blanco o nulo de que en efecto la clase política -salvo honrosas excepciones- es corrupta e incompetente, iluminándonos que los políticos no son santos sino viles seres humanos, o mejor dicho, seres humanos viles como dice Arnaldo Córdoba en “La campaña contra el voto” en La Jornada (14-06-09), lo cual recuerda la “justificación” que la jerarquía católica hacía de un cura pederasta diciendo que su comportamiento no era más que una manifestación de su condición humana y que mientras más humana se viera la religión mejor (sic) O sea que tenemos que conformarnos con esta situación y votar de todos modos (como decía Naranjo el monero en una de sus caricaturas) por el menos peor, el menos ratero, el menos incapaz, etc. Otra cosa curiosa que dicen los críticos del voto nulo para burlarse de los ciudadanos que ingenuamente (según su apreciación) creen que van a castigar al la clase política con “el látigo del desprecio” (Octavio Rodríguez Araujo dixit), que aunque no voten o anulen su voto, de todos modos ellos ocuparan su curul, pero reconocen también que si votas de todos modos no pasa nada. Bonitos representantes que sólo se representan a sí mismos y encima nos regañan por no votar por ellos.

“La culpa no la tiene el indio sino el que lo hace compadre” dice el refrán popular, pero aquí paradójicamente, los indios son los políticos y los compadres los electores, según Arnaldo Córdoba pues dice en su ya citado artículo, que los responsables del mal gobierno son los ciudadanos que han elegido mal, pues son los electores quienes ponen a los políticos. Esta es una falacia porque la mayoría de la gente no vota (al menos la mitad del electorado suele no hacerlo) y seguramente muchos no lo hacen porque no hay una buena opción de izquierda. La preferencia electoral hay que ganársela, al igual que el consenso.

Dicen también que hay una manipulación de las derechas para evitar el voto de castigo al espurio y la prueba es que conocidos locutores o comunicadores de derechas se han manifestado públicamente por el voto nulo y están haciendo campaña a su favor, o bien, que el voto nulo beneficiará al PAN. La verdad es que este movimiento es heterogéneo y en gran medida espontáneo, que hay personas que tiene diversas razones legítimas e ilegítimas para anular su voto, del mismo modo que muchos de los que están contra este comportamiento también son políticamente diferentes. El mismo López Obrador tiene esta lectura de que los partidarios del voto nulo están manipulados cuando siempre ha dicho que el pueblo no se equívoca. Por otra parte, hay muchos personajes democráticos como Lydia Cacho, Antonio Crespo, Jorge Camil, Néstor de Buen y otros más, que se han pronunciado a favor de anular el voto y nadie podrá decir que son manipulados, irreflexivos, etc. Es obvio que esta acusación se basa en el sentido de que si no estás conmigo estás contra mí, donde en vez de discutir razones, las descalifican de antemano poniéndose como portadores de la verdad.

Asimismo, descalifican el voto nulo diciendo que no tendrá ningún valor jurídico ni político, que no va a afectar en modo alguno las prerrogativas de los partidos, etc., y que tampoco va a sensibilizar a los políticos para cambiar, de manera que es pura pérdida de tiempo anular el voto con el agravante de que no sólo no provocará ningún cambio democrático sino que beneficiará la vía autoritaria, etc. En el primer caso, el sistema está en efecto blindado contra este tipo de manifestaciones al grado que el abstencionismo nunca les ha afectado en cuanto a la representatividad, porque la reducen a lo legal omitiendo lo legitimo; en el segundo caso es de esperarse que una clase política instalada en el cinismo no quiera escuchar los mensajes que se le mandan de la necesidad de construir otro arreglo institucional. En cuanto al autoritarismo, este ya está instalado con la criminalización de la protesta política y de la disidencia expresada en la lucha social, además de que de todos modos habrá diputados que no tendrán ni más ni menos legitimidad que Calderón.

Dicen que los promotores del voto útil para Fox ahora son los promotores del voto nulo. De nuevo se incurre en una falsa generalización, pues sólo quieren tomar en cuenta a las figuras de los medios y se aferran a ver al resto de los ciudadanos de a pie, a la masa anónima, como estúpidos, como borregos, que no son capaces de anular su voto por convicción, sino que son menores de edad en política que están al mande usted de los comunicadores derechistas. ¿No se acuerdan que Porfirio Muños Ledo “declinó” su candidatura por el PARM en el 2000 para promover el voto útil para Fox y que éste luego le dio hueso? ¿No es este personaje uno de los que critican el voto nulo y habla de manipulación derechista? Asimismo, no piensan en que seguramente muchos electores que van a anular su voto son jóvenes que si acaso han votado una vez en su vida o apenas lo van a hacer, es decir, que no tuvieron nada que ver con el llamado voto útil.

Que los partidarios del voto nulo no cuestionan la falta de legitimidad de Calderón ni critican su pésimo desempeño, sus mentiras, etc., es otra de las consignas que repiten los detractores de los “anulistas”, pero de nuevo meten a todos en el mismo saco porque sólo tienen ojos para ciertas figuras públicas y porque consideran al pueblo como incapaces de tomar decisiones propias, además de que ignoran a otros personajes públicos que siempre han cuestionado la legitimidad del presidente del desempleo.

Se preguntan qué van a hacer los “anulistas” después de la jornada electoral, si se van a limitar a su “insensata” e "inútil" conducta de anular el voto. Pues es difícil saberlo porque es un movimiento heterogéneo y en gran medida espontáneo. Yo espero que sigamos participando como ciudadanos, que nos demos cuenta que como dice Tomás Mojarro El valedor, que podemos hacer muchas cosas importantes sin realizar marchas, mítines o plantones. En este sentido, podríamos sabotear algunos servicios o productos que nos los venden caros o son deficientes poniéndonos de acuerdo para no comprarlos o consumirlos, entre otras acciones. Pero ¿por qué no se preguntan qué van a hacer la clase política y en especial la izquierda para atraernos, para confiar en ellos?
A todo esto, ¿quiénes son los verdaderos promotores del voto nulo, los que no quieren avalar a una corrupta clase política o ésta que está montada en el cinismo y la corrupción?